El debilitamiento económico de los medios constituye una de las principales amenazas para la libertad de prensa.
El indicador que mide las presiones económicas que sufren los medios y las condiciones financieras del periodismo es, de los cinco con los que se elabora la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, el que más lastra la puntuación global de los países en 2025.
Destacan cierres de medios masivos y la concentración de medios.
También destaca Estados Unidos (57º, -2 puestos), donde el indicador económico ha perdido más de 14 puntos en dos años, regiones extensas se están convirtiendo en desiertos informativos. El periodismo local paga un alto precio por la recesión económica: más del 60 % de los periodistas y expertos en medios encuestados por RSF en Arizona, Florida, Nevada y Pensilvania coinciden en que es “difícil ganarse la vida como periodista” y el 75 % afirma que “la viabilidad económica de un medio de tamaño mediano es compleja”. Además, el descenso de 28 puestos en el indicador social del país revela que el entorno global de los medios es cada vez más hostil para la prensa.
El segundo mandato de Donald Trump ha agravado esta situación, instrumentalizando motivos económicos falaces para someter a la prensa, como ilustra el cese de la financiación de varios medios por parte de la Agencia de Estados Unidos para los Medios de Comunicación Globales (USAGM), entre ellos Voice of America y Radio Free Europe/Radio Liberty. Más de 400 millones de personas en todo el mundo se han visto privadas, de la noche a la mañana, de acceso a una información fiable. Del mismo modo, la congelación de los fondos de cooperación que maneja la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ha sumido a cientos de medios en una inestabilidad económica crítica, obligando a algunos de ellos a cerrar, especialmente en Ucrania (62º).
Por primera vez, la situación de la libertad de prensa se vuelve “difícil” a escala mundial
Los resultados de la Clasificación alertan, desde hace más de diez años, sobre el deterioro global que sufre la libertad de prensa en el mundo. En 2025 se ha cruzado una nueva línea roja: la puntuación media de todos los países evaluados ha caído por debajo de los 55 puntos, el límite marcado para calificar la situación de la libertad de prensa como “difícil”. Más de seis de cada diez países (112 en total) registran retrocesos en la Clasificación, y, por primera vez en su historia, las condiciones para el ejercicio del periodismo son “difíciles” o “muy graves” en la mitad de los países del mundo y satisfactorias (“buenas” o “bastante buenas”) en menos de uno de cada cuatro.